MISALES
Misales católicos de OCP para unir a su parroquia
La extensa selección de misales de OCP le ofrece variedad de opciones, para que pueda brindar a su comunidad católica el recurso ideal para apoyar las necesidades de la vida espiritual de su parroquia. Elija entre misales anuales o estacionales (entregados tres veces al año de acuerdo con el calendario litúrgico); misales diarios y misales dominicales; versiones con lecturas bíblicas o con sinopsis; Misales con canto gregoriano para la Misa en latín; así como libros en inglés, español y bilingües. Junto a estos misales dominicales, también encontrará libros de acompañamiento que contienen la música para teclado, guitarra e instrumento solista, cada uno disponible en formato impreso o digital.
Fomente el crecimiento de la espiritualidad y la oración con el uso de un misal.
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Consulte nuestra guía de misales, que le permite comparar los recursos presentados en esta página.
¿Qué es un misal?
A través de la liturgia, la Iglesia provee a los católicos el alimento espiritual y la oportunidad de experimentar el amor de Jesucristo. Los misales católicos son una ayudan para poder participar mejor en la celebración de la Eucaristía y poder orar y adorar más plenamente.
Un misal católico es un libro litúrgico que contiene música, lecturas del Leccionario de la Sagrada Escritura, Configuraciones de Misa y el Orden de la Misa. También puede incluir secciones para la Liturgia de las Horas, la Misa propiamente dicha, así como oraciones y devociones, lecturas católicas diarias y contenido de otros textos litúrgicos. Además de incluir importantes guías para la celebración de la Semana Santa y varias fiestas a lo largo del año litúrgico, los misales contienen una gran cantidad de material para la devoción católica. Pero, además de conocer la definición de misal, es importante saber ¿de dónde sacamos el texto del misal?
Una breve historia:
En la Edad Media, se usaban varios libros en la Misa. A menudo se encontraban un Sacramentario, un libro de las Escrituras, antífonas, cánticos y libros de oraciones. En forma individual, ninguno de estos "materiales de la iglesia" encajaba exactamente con nuestra definición actual de misal, pero luego se combinaron para formar un gran libro llamado Missale Plenum (Misal completo). Sin embargo, el misal católico aún no se había estandarizado y se podían encontrar variaciones del Missale Plenum por toda Europa.
En el siglo XIII, el Papa Nicolás III decidió implementar una forma única del misal dentro de los límites de Roma. El uso de los misales comenzó a extenderse por toda Europa, pero tenían muchas inconsistencias, debido al proceso de impresión (en la Europa del siglo XIII, la imprenta era aún muy incipiente). En el siglo XV, se publicó el primer Missale Romanum para el uso dentro de la Iglesia Católica Romana, aunque no oficialmente a pedido de la Santa Sede. Varias ediciones siguieron en las próximas décadas, y en el siglo XVI, durante el Concilio de Trento, se decidió que la Iglesia adoptaría un Misal Romano estándar y absoluto. La decisión tomada en el Concilio de Trento fue implementada por el Papa Pío V, y se publicó el primer Missale Romanum oficial.
A lo largo de los años, se necesitaron pequeñas revisiones para crear un recurso más consistente y preciso para la Iglesia. Pero quizás el mayor cambio en el Misal Romano provino del Concilio Vaticano II, cuando se dictaminó que la Misa se podía celebrar en lengua vernácula. Esto dejó a las diócesis de todo el mundo luchando por crear un misal en su lengua materna. El Misal Romano en los EE. UU. se preparó rápidamente para que las parroquias pudieran comenzar a celebrar en inglés lo antes posible.
Cuando el Papa San Juan Pablo II aprobó el Missale Romanum, Editio Typica Tertia, para su uso dentro de la Iglesia Católica Romana, quedó claro que Estados Unidos necesitaría una traducción al inglés revisada para permanecer fiel al texto original durante la celebración de la Misa.
Así, por primera vez en alrededor de 50 años, se revisó el Misal Romano. Fue muy difícil para muchos acostumbrarse a este texto revisado, ya que los feligreses se habían acostumbrado a los textos de la edición anterior.
Sin embargo, un efecto secundario desafortunado de la revisión del Misal Romano fue que los libros de oraciones personales como el Misal Dominical de San José se volvieran obsoletos e inutilizables. Estos queridos misales están ahora ocupando los estantes de las tiendas de libros católicos usados y de regalos católicos, justo debajo de los estantes de tarjetas de felicitación y botellas de agua bendita. Los misales permanentes de esta naturaleza como los Misales Romanos Diarios, además de ser bastante costosos para una parroquia y difíciles de usar para el feligrés promedio, corren el riesgo de quedar obsoletos con las actualizaciones posteriores de los textos oficiales.
Es importante señalar que cada misal de la OCP se actualiza de acuerdo con la revisión del Roman Missal, Third Edition, aprobado para su uso por el Papa Benedicto XVI.